sábado, 12 de noviembre de 2011

Perdiendo el control

Leía una entrevista a Begoña Gros donde se le pregunta sobre la Web 2.0 y la educación. Menciona varios aspectos por todos conocidos como ser el acceso a la información y las posibilidades de comunicación.

Cada vez que leo este tipo de análisis con respecto a los cambios en la educación, y sobretodo en el aprendizaje, me pregunto cómo innovar dentro de un sistema que sigue siendo tradicional y exigiendo a sus docentes que lo sean.

Se les pide a los docentes que desarrollen habilidades, que modifiquen sus prácticas que ya no pongan más el énfasis en los contenidos, que gestionen los contenidos ...y la lista sigue. No lo menciono porque esté en desacuerdo, todo lo contrario, pero a veces resulta gracioso ver cómo se nos pide esto, pero además que lo hagamos dentro de un sistema que sigue estructurado y diseñado para otro tipo de docente.

Una currícula que indica contenidos, procedimientos y actitudes a lograr y que exige una evaluación escrita mensual (con su correspondiente casillero en la libreta para certificar). Con vigencia en todo el territorio y para todos los estudiantes del mismo nivel educativo. ¿Dónde está la parte donde le preguntamos a nuestros estudiantes qué intereses tienen?, ¿Qué proyecto quieren desarrollar? Por supuesto que dentro de los límites impuestos los docentes tratamos de hacerlo pero con escasos grados de libertad. A veces recurriendo al ingenio para ajustarnos a las exigencias del sistema con el vuelo que queramos darle a nuestros cursos.

Como dice Begoña " Esto va muy lento porque las instituciones educativas son muy conservadoras". Ella misma pronostica que serán las nuevas generaciones las que deban forzar el cambio; pero esto implica gran lentitud.

Considero que el gran problema para las instituciones, y no solo las educativas, es la pérdida de control. Abrir la currícula a unas pocas líneas que orienten, dejar en manos del docente el diseño de las actividades y de los espacios de aprendizaje, potenciar el trabajo en red y en la red. Favorecer la autoevaluación y reflexión sobre su aprendizaje por parte del estudiante...mmm suena muy lejano.

7 comentarios:

  1. Hola, Vero:
    sería muy interesante plantear estas cuestiones en las salas institucionales, con presencia de directores e inspectores en función de cuyas exigencias se suele actuar.
    Respecto al tipo de propuesta para los estudiantes, creo que no se trata de qué les interesa, sino de cómo utilizar lo que les interesa para plantear situaciones auténticas, en lo que llamamos el paradigma de la comprensión.
    De todas maneras, cuando queremos innovar nuestras prácticas suele haber resistencias pues nos salimos del contrato didáctico convencional. La cuestión es animarse a hacer, corriendo riesgos, pero tratando de contagiar a los colegas y tal vez en el correr del tiempo se empiece a ver algún cambio sustantivo.
    Además, creo que detrás de todo están también las prácticas de evaluación convencionales que sería necesario modificar si queremos realmente mejorar las relaciones didácticas.

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  2. Hola Verónica!

    Hay una cosa que sigue llamando mi atención respecto a esto que mencionas, y es que en muchos casos quienes proclaman lo que un docente "debe" o "tiene" que hacer (o ser capaz de hacer) o no se han enfrentado a situaciones de aula o no son ejemplo de aquello que proclaman. Encuentro que eso es una paradoja muy interesante (y hasta inquietante).

    Coincido contigo en el tema de los límites del sistema y en la lentitud del cambio. Después de algún tiempo he empezado a percibir que el cambio probablemente se producirá en los márgenes del sistema, pero ello depende de que cada vez más personas vean la posibilidad de recurrir a su ingenio para perseguir fines más amplios (y profundos?) que los que el sistema ha terminado por promover.

    Desde mi experiencia personal, he encontrado que es posible cumplir los objetivos que el sistema propone (en términos de los indicadores definidos, digamos) pero apuntando a cosas más ambiciosas. Con alguna frecuencia percibo en el entorno la sensación de exclusión en ese sentido: o cumplo con el currículo (o con las metas, sean las que sean), o hago otras cosas. Lo que digo es que es posible hacer otras cosas (como decías, preguntar a nuestros estudiantes por sus intereses, por los proyectos que quieren desarrollar) y por el camino lograr los objetivos definidos por el currículo. Pero tal cosa requiere, como bien dices, ingenio, creatividad y capacidad de 'perder el control'.

    Me gusta pensar que algo de eso es lo que tratamos de hacer con ArTIC. Abrir una ventana de posibilidades a partir de una excusa de base (la inclusión de la tecnología en el aula) y perder un poco "el control". Lo interesante es que esto empieza a generar en todos los involucrados cosas que no esperábamos ver. Como suelo decir, es un experimento y tenemos mucho por aprender, pero me gusta pensar que vamos por un camino que tiene sentido con relación a ese futuro (o presente?) que nos gustaría ver.

    Así que, veamos cómo perdemos el control. :-)

    Un saludo,


    Diego

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  3. Hola, Verónica!
    Coincido con Diego, a veces me asombra y otras me enoja escuchar a "expertos" hablar de educación y de que debemos hacer los docentes sin haber pisado una clase.
    Siento, a veces, que la teorización de los problemas educativos nos dejan un poco inmóviles frente a los grandes cambios que trae el mundo. Y eso en todos los niveles.
    El sistema apenas permite cambios lentos y con atraso, pero además
    se necesitan cabezas dispuestas a sacudirse y docentes capaces de dejarse sacudir.
    Estamos en contacto!

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  4. Hola Verónica:
    estoy de acuerdo contigo y pienso que si es posible seguir y cumplir con lo que nos piden las autoridades, innovar en las propuestas,pero el inconveniente que veo para los docentes de secundaria es la carga horaria semanal,la acumulación de gran cantidad de horas de trabajo y el número de estudiantes y el no contar con un equipo estable de un año a otro,ya que pienso que trabajando en equipo año a año podríamos lograrlo;en mi asignatura hay muchos pedidos de hacer pero ninguna orientación.Pero con este curso creo podremos llegar a encontrar el equilibrio y por lo menos hacer que los estudiante se interesen mas por el estudio que por aprobar la materia.Saludos

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  5. Hola Verónica!
    Interesante reflexión la que propones en tu blog.
    Esa pérdida de control por parte del sistema se acompaña de mayor autonomía para el docente y allí tal vez surge el siguiente cuestionamiento: el docente como profesional, ¿es intelectualmente autónomo? ¿consigue enfrentar un espacio curricular sin tener las prescripciones normativas del sistema?
    Aquí es necesario recordar el fracaso casi general que han tenido los espacios curriculares abiertos en la enseñanza media.
    Con esto no quiero decir que no es necesario la pérdida de control por el contrario, creo que hay que reflexionar sobre el carácter profesional de la docencia y empezar a construir nuestra identidad profesional para no sentirnos perdidos ...
    Bueno, genial tú aporte para ayudarnos a pensar.

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  6. Gracias Vero, por todos tus comentarios,siempre nos alientas a seguir a pesar de las dificultades.Excelente el texto, nos hace reflexionar sobre nuestro rol,sobre la educación y sus diferentes actores.

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  7. Hola Veronica, estuvo muy buena tu reflexion y la apoyo en todo ,a parte toda la culpa de la falta de aprendizaje en los alumnos siempre es nuestra, de repente nos tendrian que dejar la confeccion de la currila a nosotros y no en alguien que esta detras de un escritorio. Hay que consultar a los alumnos pero no demasiado jaja
    Saludos

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