viernes, 5 de diciembre de 2008

Enseñar y Aprender en Redes


En su artículo Javier Echeverría nos acerca el concepto de “Tercer Entorno” (E3) como un “nuevo espacio social para las interrelaciones humanas” que estría determinado por las TICs. Lo distingue así del entorno natural y del urbano (E1 y E2 respectivamente). Al referirse a este nuevo espacio lo caracteriza como: “ representacional”, “distal” y “multicrónico” y carente de límites ya que la red permite extenderse hacia lejanas áreas georáficas. Todo esto redundaría en cambios en las relaciones interpersonales y en especial en los procesos educativos. Se refiere a la necesidad de capacitar a las personas para desenvolverse competentemente en este nuevo entorno.

Al referirse a este “espacio” es inevitable pensar en “el tiempo”. Lejos de la idea newtoniana de un fijismo para el espacio-tiempo (considerados como absolutos) nos es imposible abstraernos del legado de Einstein para pensar en términos de relatividad. Esto nos lleva a una concepción subjetiva del espacio tiempo. Aunque parezca una paradoja, la noción de tiempo tal cual lo concebimos ahora es bastante reciente.


En tiempos del E1
Antes de conocer al con precisión la duración del ciclo con que la Tierra gira alrededor del sol[1], cuando vivíamos plenamente en el E1 de Echeverría, nos basamos en estos ciclos naturales para “medir” el tiempo, eclipses, solsticios y equinoccios ayudaban a marcar el ritmo de la vida. El comportamiento de los animales al compás del fotoperíodo, el transcurrir de las estaciones, guiaban nuestro diario vivir. Hubo un tiempo en que el escenario era el mismo, a diferencia del E3 este es real, proximal y monótono[2]. El libreto de la vida parecía escrito, predeterminado. No parece requerirse una preparación previa para desenvolverse en éste escenario ya que se da en forma natural. Hoy en día la vida en el ambiente rural sigue regulada por esta forma de marcar el compás de la vida, tanto el que “llega” como el que “sale” hacia un entorno urbano lo percibe.

El tiempo se confundía con el espacio. La distancia hacia un lugar se expresaba en una relación directa con el tiempo en que se tardara en llegar. “estar a una hora de camino” podía ser una referencia frecuente. Cuando actualmente se hace lo mismo generalmente preguntamos en qué medio de locomoción se desplazará. “La historia del tiempo comenzó con la modernidad afirma Z. Bauman (2003) Este sociólogo afirma que más allá de los aconteceres de la física (Newton) o del pensamiento filosófico (Kant) fue la construcción de vehículos más veloces que las piernas humanas los que han guiado la reflexión acerca del tiempo y del espacio. Actualmente dice, en la era de la “modernidad líquida”, el tiempo se ha tornado instantáneo devaluando así la magnitud espacio. Todos los lugares se pueden alcanzar rápidamente…no tiene valor agregado la distancia, se pierde interés al poder alcanzarlos rápidamente. Extrapolando esta idea, pareciera que todos los objetos sufren del desinterés. En educación es frecuente ver como en ámbitos donde se dispone de todos los recursos y acceso a la información, este sólo hecho, genera una pérdida de interés, como si se confundiera el acceso a la información con la posesión del conocimiento.


En tiempos de E2

En las ciudades, de forma casi proporcional a su cantidad de automóviles, el tiempo se acelera. Narra J.C. Carriere una conversación con su amigo indio Moshe Agashi sobre los relojes. Éste le hacía observar cómo en los relojes digitales ya ni siquiera nos es permitido recordar el tiempo pasado. Mientras que en un reloj de esfera, cuando observamos la hora que es, en ese preciso instante, podemos ver la que ha transcurrido, recordar qué hicimos esa mañana Al no tener más que un rectángulo para observar (haciendo alusión al reloj digital) “estás obligado a vivir una serie de instantes y pierdes la verdadera medida del tiempo[3]. Algunos sociólogos piensan que los jóvenes ya no tienen noción del pasado “son adeptos de la inmediato” característico de los medios de comunicación actuales. Si miramos dentro de un “ambiente educativo” (llámese escuela, liceo, universidad) las cosas parecen ir un poco más despacio.

En el Tercer Entorno
Bien, llegamos al tercer entorno. Aquí el marco temporal es asincrónico, policrónico y relativo. Asincrónico porque los medios de comunicación así lo permiten: mi pregunta puede ser respondida en unas horas (mail, foros por ejemplo). Policrónico: mientras escribo estas palabras, chateo, descargo una información o garabateo la lista de mandados[4].Sin duda relativo: los docentes no tenemos tiempo de terminar el programa, corregir todas las tareas, planificar las clases, perfeccionar nuestros conocimientos…aunque todas parecen ser exigencias inherentes a nuestra profesión.

Sin duda adherimos a la consigna de Echeverría en el sentido que se debe recibir una educación acorde al mundo en que se vive. ¿Cómo llegamos a seguir representando dentro de los salones de clase una realidad que ya no existe más?
Adentro: en un típico salón de clases de algún liceo de Ed. Media, se ven jóvenes sentados en bancos carentes de diseño ergonométrico, muchas veces rotos. Paredes despintadas y/o sucias. Mala iluminación, algún libro, cuadernos, pizarrón, a veces pizarra blanca. Sustituyendo unos pocos elementos (pluma y limpieza) podemos escenificar los años 40.

Afuera: Autos, cable, velocidad, IPods, mp3, mp4, DVD laptops. No sólo gran cantidad de “elementos” nuevos” sino cada vez más rápidos, funcionales accesibles.

Un escenario para adentro, otro para afuera. Pero lejos de ser todo un problema de espacio, también en el adentro-afuera los relojes parecen marchar a distintos ritmos, los del “cronos”· y el “kairos”, tiempo objetivado y vivenciado. No me detendré en ejemplificar lo que todos vivimos a diario; pero sí a preguntarme ¿cómo es que realmente lo logramos?, o más aún ¿como es que se nos ocurre, que así se puede? Solo podemos pensar en respuestas si atendemos a qué es lo que no logramos y qué es lo que no podemos.

Por ejemplo, para que un joven veloz se inserte en este escenario necesariamente debe bajar su ritmo, pasar de una mente policrónica, mediática llena de imágenes y variedad y lo logran!; pero ¿cuál es el precio que se paga? Aprender a vivir en un mundo que no existe en la mayoría de los casos. Este disparate se logra por algo así como un acuerdo tácito. Parece que transpuesto el umbral de la escuela, todos acordamos bajar las revoluciones de nuestra vida.

Tiempo elástico, flexible, personalizado
Por ser entonces el tiempo tan personal, acotado a las vivencias más íntimas, tan determinado y determinante del entorno, quizás en la escuela debiéramos pasar a una desregulación de los ritmos como se viven ahora. Los timbre parecen activarnos ya sea para indicar el ingreso a clase como para interrumpir una tarea en pleno proceso. Pensamos en lapsos acotados, tanto así que los más veteranos hemos internalizado el período de clase de modo que pauta nuestro reloj biológico.
La posibilidad que dentro de cada ámbito educativo particular (dependiendo de la comunidad), desde las vivencias de cada docente, se pueda flexibilizar el uso del tiempo quizás contribuya para acercar un poco el “adentro” con el “afuera”.
Aumentar la ingerencia que los docentes tienen en el uso de su tiempo y en el pautado del mismo beneficiaría al sistema por lo menos desde la percepción educativa. Permanecerá y aún se puede profundizar la brecha entre la gestión y la implementación ya que en parte supone una pérdida del control sobre el tiempo de los demás y cómo es utilizado.


FUENTES CONSULTADAS

Echeverría, J. Educación y tecnologías telemáticas.Monográfico:Tic en la Educación. RevistaIberamericana de Educación.Nº 24 st-dic 2000

Hargreaves, Andy. Manzano, Pablo. Profesorado, cultura y postmodernidad: Cambian los tiempos, cambia el profesorado
Morata, 1999. Cap 5 Tiempo. ¿Cantidad o calidad? El trato de Fausto.

Carriere, Jean-Claude.Eco, Umberto. Delumeau, Jean.Gould, Stephen Jay. El fin de los tiempos. Colaborador Catherine David, Frédéric Lenoir, Jaime Zulaika.Barcelona. Anagrama, 1999

Castells, Manuel. La era de la información. Economía, sociedad y cultiura: la sociedad en red. Madrid Alianza ed. (vol1) 1997

Bauman, Zygmunt. Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica de Argentina, 2003 Cap 3 Eespacio/tiempo

Hawking, Stephen. Breve historia del tiempo. Publicado por Editorial Planeta Mexicana, 1992. Disponoible (on-line) http://www.librosmaravillosos.com/historiatiempo/index.html

Conversación-Revista de Reflexión y experiencia educativa Nº14. marzo 2006. “el estudidante universitario y la posmoidernidad”. Elisa Bertoni

Cuadernos de Pedagogía Nº 349. Tema del mes: una construcción socila nuevos tiempos


[1] 365 días, 5 horas, 48min, 45.96768…..segundos
[2] No en el entendido de “aburrido” sino en referencia a lo sincrónico y lineal
[3] El fin de los tiempos. Pg 177
[4] Eso porque soy mujer y pareciera que por naturaleza nuestro cerebro piensa en forma policrónica, en contrapartida al pensamiento lineal, monocrónico, de los varones. E. Hall (The Dance of Life: The Other Dimension of Time-1989) citado por A Hargreaves

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